Me gusta el género de terror, aunque no había leído mucho de zombis precisamente. Siempre he pensado que es un subgénero donde no se puede innovar mucho (grupo de sobrevivientes que intenta pasar el día sin ser “comidos” e, idealmente, encontrar una cura) y en que un libro es más o menos bueno dependiendo de la calidad narrativa del autor.
Bueno, mi primera impresión apenas en las primeras páginas es que Brian Keene tiene esa calidad narrativa que hace que un libro te atrape y no te suelte hasta terminarlo. Una lectura ágil y estremecedora.
Por otro lado, los zombis de Keene son diferentes a lo que estamos acostumbrados: no hay virus de por medio, por lo que el contagio no viene por ser mordido y… no les voy a contar nada más para no echar a perder la sorpresa.
Sin embargo, lo que más me impactó es la crudeza del libro, no tanto por las descripciones de los ataques de los zombis, que la verdad son bastante gore, sino por cómo sale a flote lo peor del ser humano en una situación de anarquía. A veces me preguntaba qué era peor, si caer en manos de los zombis o de los grupos de sobrevivientes.
Por último, un tirón de orejas al autor por ese final. De verdad me molesta mucho cuando un libro no es conclusivo. Independiente que la historia continúe en futuras entregas, lo mínimo es cerrar el leitmotiv de cada parte, para no quedarse con esa desagradable sensación de que se partió un libro en dos con un fin puramente comercial.
hace 8 años
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