La novela plantea, entre otras cosas, cuál será el panorama de España una vez se cierre el ciclo histórico actual. Y es que, tal y como cree el autor, tras las próximas elecciones del 20 de Diciembre se decidirá quien organiza los próximos 30 años y se resolverá la disyuntiva entre restauración o ruptura. Pero, para Alcaraz, “de pronto todo se ha estancado en la izquierda y alguien ha apagado las luces”, ya que los personajes de esta novela, que apuestan por el proceso constituyente de un nuevo país, no terminan de acertar a la hora de concretar el instrumento que lo puede hacer posible. Quizás, la solución esté en la unidad popular, pero la ruptura, consciente o no, con la ola de indignación que supuso el 15M, el alejamiento de los combates de clase y el ocaso de las movilizaciones sociales, provocan un eclipse que todo lo preside, tal y como se desarrolla la novela. Y es que en el fondo, y más allá del acontecer diario de los personajes que recrea el autor; ficticios, como Elías Lerchundi y Elvira Zaldívar, o reales, como Pablo Iglesias, Cayo Lara, Alberto Garzón y Julio Anguita, este libro, más que una crónica, es una novela en la que advierte del peligro de la desaparición de la izquierda transformadora en España.