A partir de los temas característicos de las películas y narraciones del Far West —la violencia, el honor, la muerte, la huida, el sexo o la soledad—, Luciano G. Egido teje en esta obra un entramado literario que experimenta con distintas técnicas narrativas. Mediante un progresivo desarrollo de las ficciones clásicas, integra los cuentos tradicionales a las nuevas formas de los micro-relatos, en un crescendo de complejidad que va desde un cuento de dos palabras hasta una narración de quince páginas.