Mientras el verano languidece y las últimas espigas de cebada son recogidas, una comunidad rural inglesa siente que una amenaza difusa se cierne sobre ella. Tres forasteros —dos hombres y una magnética mujer— se establecen en los límites del bosque y desencadenan los acontecimientos que llevarán a la destrucción de la aldea de Walter Thirsk en apenas siete días: la cosecha se nubla por el humo y el miedo; los castigos crueles se ciernen sobre los inocentes y el mundo cotidiano de los campesinos desaparecerá igual que el agua entre los dedos de una mano. Tan solo Walter quedará para contarlo.