En Bestiario del Circo la palabra vuela desde el trapecio de la poesía hasta el alma de la prosa más profunda. Ya sobre la pista, convertida en maestra de ceremonias, hace desfilar a todos los seres que componen el circo. Y no, no los describe, los acaricia con las más bellas palabras, y al lector-espectador, sumido en una atmósfera onírica, lo acerca a lo sublime. Así, cada personaje, cada animal y cada objeto se convierten en una breve obra de arte que invita a ser contemplada, a ser leída una y otra vez. Por las venas de Pepe Viyuela corren versos, estrofas, baladas, letras encadenadas que encarnan el reencuentro con la esencia de la escritura. "El monociclo es un alarde que deroga la ley del mínimo esfuerzo y promulga el desafío en dos pedales. Es un pirata que perdió un ojo y una pierna en la batalla interminable de hombre por complicar las cosas; es la amenaza de todas las simetrías; el borde del abismo de las bicicletas. Surge de un divorcio de dos ruedas que no supieron marchar juntas y eligieron caminos divergentes. El monociclo conserva la cadena y, como un fantasma errante, enamorado del equilibrio, vaga buscando iluminados que deseen convertirse en inestables centauros".