Balaika en clave de son es una novela que puede ser leída como un tránsito farragoso de los fermentados y radicales años ochenta hacia ese puente que son los noventa, un puente que invisibiliza la historia y arranca con frío desdén sueños y utopías. Las ciudades emblemáticas del autor resurgen de una puerta a otra: San Petesburgo, La Habana, San José. Los personajes asoman -incluso quien también escribe- con pasiones que confluyen hacia el ría de Heráclito, donde todo se da cita en un viaje sin tiempo: el new age, y el fantasma de Raskolnikov, la energía positiva del Chirripó, y la "calle de la amargura"; la satrapía latinoamericana y los asaltos bancarios; mediante una prosa que usa el coloquialismo universitario y la referencia libresca, musical e histórica, la expresión rosa y la crónica periodística. El autor nos lanza al viaje de la juventud perdida en el camino de las búsquedas que solo pueden dejar náufragos, estribillos de canciones, recuerdos de causas y amores, y los artefactos ideológicos del momento: palabras, frases, actitudes que marcaron época.