¿Qué es lo que hace que dos personas lleguen a conocerse sin tener nada en común? ¿Y el que aún suspendiendo en el colegio lleguemos a ser un empresario de éxito? Las casualidades no existen…¿o sí? Y lo más inquietante de todo: ¿quién las maquina? Se puede ser un artífice del azar, amigo imaginario, un pulsador… Aunque para nosotros apenas cobren sentido estos términos, en el mundo de Dan, Emily y Eric se trata de empleos muy serios y creativos, con un nivel de exigencia que va en aumento. Los retos son diarios y nuestros protagonistas muy diferentes. La construcción de casualidades se convierte en su especialidad y en un eslabón imprescindible para otras construcciones de más envergadura. Cobra sentido la frase mística de todo pasa por algo. Para nuestros tres protagonistas incluso las muertes ocurren para un bien mayor. Pero ¿qué consecuencias habría si una amiga imaginaria se enamora de un amigo imaginario? ¿Y si un pulsador se mete en medio de la historia? ¿Qué le ocurre a un artífice del azar cuándo renuncia a su trabajo? Tanto el prólogo como el comienzo del libro es algo confuso y estático, Yoav Blum juega con nuestra percepción de la vida a través de la historia de tres personas aparentemente normales con un trabajo nada corriente. Aunque entretenida y original, Artífices del azar nos conduce por una trama algo abstracta y futurista en lo que nada es lo que parece y todo está predispuesto según un esquema superior. (Diana Arrufat, 9 de julio de 2018)
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