Esta novela de Galdós principia al día siguiente de la cuartelada de Villacampa que serró la era de nuestros pronunciamientos. Ángel Guerra de, de estado viudo, hijo de una opulenta señora establecida en Madrid, hombre que desde los treinta padece vértigo político y profesa ideas exaltadamente republicanas llega a altas horas de la noche con el brazo atravesado de un balazo. Ángel Guerra siente la ridiculez del aborto, y para colmo su herida le parece una bufonada El novelista considera que Ángel es un hombre de vehemente condición, de honda sensibilidad y de prontos arrebatos. Ángel es uno de los tantos españoles, de la generación que hoy oscila entre los cuarenta y los cincuenta que no pueden entrar en su propia casa sien dejar en la puerta ideas y sentimientos en su conciencia y en su espíritu. Ángel queda abrumado de pasión de ánimo. El primer síntoma de su estado moral es el cariño delirante que muestra a su niña Ción. Pero la niña también seta sentenciada; una fiebre de crecimiento de postra perdía toda la esperanza en la ciencia médica. Una idea horrible le acosa. Su madre desde allá ¿le reclamara a la niña?.