Gaby, la soledad y la otra Mitad del Mundo. A pesar de poner tierra y todo el agua del mar de por medio, la soledad encontró a Gaby en Ecuador. Siempre acaba por encontrarla, no importa el país donde se halle.. La zarandea y roba el aire, la pisotea hasta convertirla en un amasijo de sentimientos "dentro de la muerte en la que se sumerje a diario". Viaja, sale con otros emigrantes o con sus amigos hispanoamericanos, pero el vacío al que la aboca siempre está presente. Al regresar, le abre la puerta. Es paciente, la soledad sí sabe esperar, y Gaby "pasa más tiempo triste que feliz". Sólo le queda aguardar a que esa persona venga, sólo le queda escribir para liberar la pena. Gaby se dirige a su sobrina María a través de cartas llenas de anhelos, repletas de lo visto y vivido en sus visitas a otros países. Redacta artículos políticos sobre la España del siglo XXI o crónicas sobre el terremoto que asoló Ecuador. Escribe porque lo necesita. Escribe porque "la palabra es arte, y el arte es para consolar a los que están rotos por la vida". Gaby escribe; María lee: tiene la llave del misterio de su tía. A PRAGA DESDE LA MITAD DEL MUNDO es un libro valiente en términos literarios, una novela donde Ángela Paloma (Puertollano, 1985) combina diferentes géneros narrativos magistralmente. Las cartas dirigidas a María, en ocasiones crónicas de viajes por América Latina o retratos sociales de Ecuador, quedan enlazadas con artículos periodísticos y con las historias breves de los emigrantes españoles expulsados por la crisis económica. Es, además, un relato íntimo donde el lector aprecia cómo la protagonista se va rompiendo cada día por la falta del afecto deseado y por la distancia. El estilo es cercano, tanto que la agonía de Gaby se siente muy dentro.