Buena obra, pero he de reconocer que a diferencia de todas las que había leído del autor, está se me ha atragantado un poco.

Bastante infumable, tedioso, aburrido, rollero y mete tantos nombres y lo enrevesa tanto que es fácil perderse. Si dejas pasar algunos días entre la lectura te pierdes completamente. Me ha decepcionado, sólo lo salva los pocos pasajes en los que aparece Ramiro.

Reconozco que cuando empecé a intuir que la trilogía se encaminaba a la temática de las sociedades secretas con halo masónico pensé ¿¿por quéeee?? No me siento muy atraída por estos temas, no sé muy bien el motivo pero no llego a creerme eso de hombres ricos y poderosos con máscaras sacrificando mujeres en templos y esto se une a que la Divina Comedia se me hizo muy cuesta arriba cuando la leí, he de confesar que no entera salté muchos pasajes. Aún así soy una gellidista incondicional, confiaba en César que, por supuesto, no me ha defraudado. Esta novela se aparta un poco de las anteriores, es menos negra y da un giro más al thriller. Personalmente no es la que más me ha gustado (que sigue siendo Khimera) ni la que más me ha removido las entrañas (que sigue siendo Sarna con gusto), pero me ha gustado y removido y mucho. Aquí vais a encontraros de nuevo con Ólafur, Erika y con Ramiro, pero también vais a conocer a nuevos personajes de los que destaco al arcángel Gabriel cuya historia es casi una mininovela dentro de este novelón, vais a leer y "escuchar" diálogos brillantes a veces hasta divertidos entre Bujalesky y Telmo, a temblar de frío y angustia en el Perito Moreno, a emocionaros y tener un nudo en la garganta, a sufrir ansiedad y miedo y a descubrir la curiosa y sorprendente historia del Palacio Barolo y los misterios que lo envuelven, incluso vais a llegar a pasarlo genial con la Divina Comedia. Como parte negativa he echado en falta la música, he sido incapaz de ponerle sonido a las canciones que Bujalesky toca en su Dulcinea y no he podido ir más allá de leer la letra como poemas, alguno realmente bueno, pero reconozco que me ha faltado la banda sonora a la que nos tiene acostumbrado el autor y me ha faltado más Ramiro, el inspector queda un poco en la sombra en esta novela. Con todo, un nuevo novelón. Si habéis leído los anteriores no os lo perdáis, vais a disfrutar muchísimo de este cierre.