Redonda novela histórica de Rafael Nacher. Aunque es arquitecto urbanista de profesión, su pasión por las letras le ha acompañado siempre, y es ahora cuando se ha decidido a plasmarla en una novela.
En los concilios de Nicea, Constantinopla y otros posteriores, se estableció el relato de los acontecimientos alrededor de los días en los que Jesucristo pereció en la cruz. Partiendo de la idea que da título a la obra ¿Y si no fue así?, Nacher ha novelado los hechos, sin pretensión, según afirma en el prólogo, de que alcance más allá de la construcción de una narrativa que presente otra mirada. Ni que decir tiene que para plantear una novela así, los conocimientos y el trabajo de documentación que ha debido llevar a cabo el autor deben ser ingentes.
La acción, desde el crimen inicial, está planteada como un thriller histórico, plagado de maquinaciones, conspiraciones, intrigas y luchas de poder que llegarán a desbaratar el equilibro entre las autoridades romanas y las del Sanedrín judío.
Centrándose, a propósito, en personajes culturalmente separados de los conocimientos religiosos del momento, se hilvana un desarrollo de los acontecimientos alternativo a lo establecido. Publio Arrio es un centurión orgulloso, distante, duro y desconfiado que me recuerda al personaje de El sargento de hierro interpretado por Clint Eastwood. Tan versado en asuntos militares y tácticos como poco ducho en política, maquinaciones, intrigas y relaciones amorosas. Su discreto esclavo, Bitinio, es el instrumento perfecto; tiene la capacidad para mimetizarse en cualquier parte y con cualquier grupo de personas y obtener la información que le negarían al centurión. Poncio Pilato, procurador del Imperio en Judea, es taimado, pragmático, centrado en la idea de que los planes le beneficien personalmente. Yusef bar Matiyáh, miembro del Sanedrín pero familiar de María, tendrá que ejercer de prestidigitador, realizar malabares actuando en todas las pistas…. Todos ellos (y muchos otros) componen el elenco a través del cual se va desgranando la historia. Tal y como se desarrollan los acontecimientos, Arrio, que nunca se conformaría con medias verdades, se convertirá en detective; tendrá que ir atando cabos y aprendiendo a marchas forzadas para llegar a conocer los detalles de una trama en la que todo está conectado.
El relato está sustentado principalmente sobre las personalidades de los personajes implicados, ahondando en las reacciones de cada cual a los hechos que sucedieron. Para ello, todos los caracteres protagonistas están sólidamente construidos; el autor ha plasmado a la perfección sus virtudes y sus defectos: carismáticos, mezquinos a ratos, intrigantes cuando conviene, generosos cuando es necesario… Un acierto total. Y también lo es el modo en el que Nacher se acerca al personaje de Jesucristo, desde lejos siempre, viéndole a través de los ojos de los demás personajes.
En definitiva, una estupenda novela histórica que simultáneamente es un thriller. A través de descripciones potentísimas, desgarradoras, llenas de detalles significativos, salpicada de escenas de acción y con personajes magistrales, nos ofrece una visión diferente y convincente de lo que nos han contado siempre. Altamente recomendable. (Inma Muñoz, 26 de abril de 2024)
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