Centrar en una pequeña ciudad hechos que den cabida a una segunda novela de intriga tiene su riesgo. La autora ha sabido con su estilo de narración mantenerme atraído por seguir leyendo, aunque no deja de ser obvio que la casualidad de nuevos crímenes justo alrededor de los principales personajes, es una treta forzada que desacredita un tanto el relato. Máxime cuando hay que hacer piruetas para meter a Kraken en el centro de la historia, y al final del relato te das cuenta que su función como perfilador no era necesaria, según se define en la misma novela. Resumen: entretenida, engancha, pero no mires entrecosturas que está zurcida con puntada gruesa.
hace 1 semana