Cuando Eco publica la novela hay un punto álgido en la literatura medieval con autores como Noah Gordon, Ken Follet. Pero Umberto Eco hace algo muy especial en esta novela, la dota de una carácter detectivesco. Ambienta en una abadía de las montañas italianas, se producen una serie de extrañas muertas, con un sino en común, las lenguas de los fallecidos están negras. Con ese especial escenario nos narra luchas intestinas entre congregaciones religiosas y sobre todo el afán de preservar el conservadorismo religioso por parte de buena parte de los monjes. Género policíaco llevado al medievo, una combinación muy acertada.
hace 3 meses