Hace unos días me decidí a leer “Misery” de Stephen King. Había visto la película hacía tiempo y aunque cuando he visto previamente la película no suelo leer el libro (lo contrario si lo suelo hacer) no puedo estar más satisfecha de haber leído otra genialidad del maestro King.
Prácticamente con dos únicos personajes maravillosamente perfilados, el autor escribe una obra asfixiante, que te engancha de tal forma que devoras la novela. Una trama de terror psicológico, narrada en tercera persona por el atormentado protagonista, un afamado escritor, secuestrado por una obsesiva y perturbada fan, en la que King describe con tal maestría las emociones, los temores y el dolor del protagonista, que te ves envuelto en su impotencia, angustia, terror y desesperación y llegas a sentir incluso el terrible dolor físico que le infringe cruelmente la otra protagonista de la historia; un personaje aterrador y maligno, con un estado mental insano, obsesivo y variable, lo que le hace ser totalmente impredecible y terriblemente peligrosa.
Dentro de esta potente y claustrofóbica trama, King, con su genialidad, desarrolla una historia dentro de la historia por medio de la novela que está escribiendo el protagonista, obligado por su perturbada secuestradora y que también consigue engancharnos, de manera que la trama nos mantiene atrapados hasta el rotundo final.
Una historia tremenda, inquietante y aterradora, de confrontación entre la maldad y el afán de supervivencia, que supone una lección magistral de narrativa.
hace 1 año
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