En esta, quizá su última novela, parece que Vargas Llosa quiere dejar a su país un legado enorme sobre la cultura y la idiosincrasia peruana, tomando como argumento la historia de los bailes criollos y la música del Perú, incidiendo sobre el famoso vals peruano. Con un derroche de conocimientos sobre los autores, músicos, bailes y cantantes peruanos a través de los siglos, la novela resulta a veces un ensayo, que a los lectores de otros países no nos atrapará tanto, pero siempre es un a delicia leer a Vargas Llosa, que se las arregla para intercalar en la misma, una trama compleja, pero a través de la cual, con su certera mirada, toca muchos temas, como el racismo, el matrimonio, las dictaduras, el cristianismo, la salud mental, el amor... Por ejemplo, hablando de las aproximadamente 2.000 lenguas que se hablaban en América cuando llegaron los españoles, y que provocaban miles de cruentas batallas, escribe: "Lo mejor que pudo haberle pasado a América Latina fue esa unificación de la lengua gracias al español, que ahora permite entenderse a los latinoamericanos desde México hasta la Argentina, con la excepción del Brasil, donde, sin embargo, cada día más gente lo habla". Y sigue con su prodigiosa información, desgranando hechos y anécdotas sobre la historia, de América, de su literatura, de su gastronomía, de sus costumbres, de los personajes que más influyeron...mientras a su vez la pequeña trama se va desarrollando ante nuestros ojos, hasta llevarnos a un apacible final. Vargas Llosa es un maestro y lo demuestra en cada título, incluída en este caso, la acertada portada, con el cuadro "Los Músicos" del gran Fernando Botero.
hace 8 meses