Independiente, original y excéntrico, Gray mismo, en una crítica apócrifa atribuida a Lady Nicola Stewart, la Tejedora Céltica, compara su obra con la obra de Gaudí: Como alguien que se pasea distraídamente por las calles de Barcelona, y se encuentra de pronto con la asombrosa grandeza de la Sagrada Familia de Gaudí, me siento impulsada a admirar una exhibición de poder y complejidad cuyo preciso propósito se me escapa. Los cuentos abarcan todos los estratos de la imaginación de Gray, que son considerables, y dejan en el lector la sensación de haber leído una extraordinaria y elocuente requisitoria literaria contra la mecanización y deshumanización de la sociedad actual y contra todo tipo de poder.