El planteamiento del libro es realmente alucinante y de una originalidad increíble. Muy bien hilvanados todos los acontecimientos de principio a fin, con un desenlace genial, aunque un poco previsible. De muy fácil lectura y comprensión a pesar de los tecnicismos. Sin embargo, no puedo darle una puntuación tan alta como merece la historia porque realmente odié al personaje principal, Andrew Harlan. Un tipo anodino, inseguro, irritable, contradictorio en su accionar, pesimista y egoísta, que cayó como un tonto en cada una de las manipulaciones de las que fue objeto (a pesar de su “inteligencia”). Por otra parte, los sentimientos que en él se supone que justifican saltarse todas las reglas de la Eternidad, están tan mal descritos y carentes de emoción que, al final, no los justifican.
hace 9 años
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