El país de los ciegos. Que te metan entre rejas es algo sencillo. Atraca un banco, roba tiendas, maldice a la realeza, golpea a tu mujer, a tus amigos o al perro, fuma en público, contrata a una puta, trapichea con pastillas, viola, mata, destroza o simplemente pide una hipoteca. Antes o después acabarás a la sombra con tíos chungos rifándose tu culo a los dados. Con esta novela fue finalista del Premio Lengua de Trapo.