La acción sucede en 1904, en la época de la Exposición Universal celebrada en Saint Louis. La familia Wolfe se ha trasladado desde Asheville y ha abierto aquí un pequeño alojamiento para los vecinos de su lejana ciudad natal que visitan la Exposición. Grover Wolfe, el niño al que se refiere el título, tiene sólo doce años, pero, según dicen todos los que lo conocen, una sensibilidad y una madurez extraordinarias… La novela cuenta, en cuatro tiempos, con cuatro voces distintas muy bien diferenciadas y en cuatro largos capítulos distintos, la búsqueda del “niño perdido”, del hermano muerto. La novela la escribe, precisamente, el hermano del chico, su hermano menor exactamente, el gran Thomas Wolfe, uno de los autores clave de la primera mitad del siglo XX. Con el telón de fondo de esa América provinciana que aún hoy nos fascina, es una novela bellísima, perfecta en su estructura e inigualable en su poder de evocación.