Akira Hagoshi es un joven obsesionado con la melodía casi desvanecida de una canción infantil, un frágil hilo al que se aferra para mantener vivo en su memoria el recuerdo de su madre fallecida. Decidido a no olvidar, Akira vaga en busca de alguien que conozca la letra de la canción que su madre le cantaba de pequeño. Y es así como llega a la Puerta Negra, una mansión encantada situada en el bosque de Akiya. Allí, con la ayuda de Kojiro, un monje peregrino, y del viejo Saihachi, la búsqueda llegará a su fin, pero antes todos ellos habrán de superar los peligros que se ocultan en las manchas de las paredes, tras las puertas correderas o entre las oscuras hierbas del jardín de la Puerta Negra.