En los Alpes franceses los rebaños de ovejas están siendo atacados, las sospechas recaen en los lobos, hasta que la víctima es humana… Mientras los habitantes de los pueblos preparan batidas para cazar al animal, Lawrence, un canadiense especialista en osos que está estudiando los lobos europeos, quiere ser el primero en encontrarlo para salvarlo. Por otro lado, Camille, su compañera, como si de una “road-movie” se tratase, saldrá en persecución del asesino, a bordo de un viejo camión y con dos singulares acompañantes.
Éste es el segundo libro que escribió la autora de la serie de Adamsberg, y se nota que ni la trama es tan enrevesada como en otras novelas posteriores ni el personaje del comisario está tan desarrollado. De hecho Adamsberg, en este caso, no tiene una presencia real en la historia hasta el último tercio de la novela, y aparece a modo individual, sin la colaboración de su equipo de homicidios, que se ha quedado en París. No obstante me ha gustado bastante y el desenlace me ha vuelto a sorprender, aunque, habiendo leído tres libros del comisario Adamsberg en poco tiempo, me he dado cuento de que no hay que ir muy lejos para encontrar a los culpables de los casos que investiga. En mi opinión, otro acierto de Fred Vargas.
hace 8 años
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