El gran escritor Julio Verne toma la tradición de la novela gótica del siglo XIX para escribir un libro alejado, en principio, de lo que nos tiene acostumbrados. Pueblos atemorizados por la presencia de un castillo maldito habitado por el Diablo; rivalidades por amores pasados; psicofonías y apariciones; muertos resucitados. Todo ello en Transilvania, Rumania. Sin embargo, fiel a su tradición, usa todos esos elementos para adelantarse al desarrollo tecnológico de su época e imaginar máquinas que hoy estamos usando o que quizá en un futuro cercano podremos disfrutar.