Don Ramiro fue uno de esos escritores que, a través de la historia de un solo personaje, podía hacerte experimentar sensaciones muy diferentes, todas igual de bellas.
Y, con Souto Menaya, futbolista del Athletic, uno es capaz de recordar la magia que suponía comprar cromos, vibrar con los choques de jugadores grandotes y peludos o llorar si la tarde acababa con una derrota. Una desgraciada lesión truncará su carrera y estará a punto de arruinar su vida, aunque Irune, su novia, hará cuanto esté en su mano para reconducir la situación. La joven lechera contará con la ayuda de Socorro, la madre de Souto, un ser especial, verdaderamente especial.
La escritura de Ramiro Pinilla (1923-2014) es tan sencilla, tierna y trasparente que te hace sentir como un vasco más, enamorarte de la incombustible Irune y hasta calzarte las botas para patear un balón con la misma ilusión de un niño.
hace 9 años
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