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De Pinilla al que tanto admiro es su obra que menos me ha gustado, aún así es aconsejable
hace 2 años
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Un Samuel Esparta ya maduro, que mantiene contra viento y marea su peculiar librería en Getxo, recibe en los años setenta la visita de una señora, Juana Ezquiaga, que quiere contratarlo para que averigüe la desaparición, mucho tiempo atrás, del que fue su amor de juventud. Juana sabe por un anciano pescador que las corrientes están llevándose la arena de la playa, y que pueden emerger los cadáveres que se esconden en sus tripas. En uno de los fusilamientos de la guerra civil, los falangistas abrieron una fosa común allí y el pescador le ha contado que en el último momento apareció alguien con una carretilla portando un cadáver. Juana sospecha que eso sólo pudo hacerlo alguno de los viejos amigos, celosos de la pareja. ¿Podrá Samuel Esparta investigar con éxito un posible crimen cometido treinta y cinco años antes? ¿Logrará aclarar, a partir de los vecinos a los que interroga, la amalgama de envidias y despecho de un grupo de amigos antes de la guerra? Afortunadamente, la siempre eficiente Koldobike no quiere perderse semejante reto, y acude en ayuda de su antiguo jefe.
De Pinilla al que tanto admiro es su obra que menos me ha gustado, aún así es aconsejable
hace 2 añosPublicada en octubre de 2014, el mismo mes en que murió su autor, Ramiro Pinilla, a los 91 años de edad, esta novela es la tercera de su serie policíaca protagonizada por Samuel Esparta.
Admirador de Dashiell Hammet y Raymond Chandler, Sancho Bordaberri, dueño de la Librería Beltza, en Getxo, utiliza el seudónimo de Samuel Esparta en sus labores paralelas de investigador privado, a la vez que usa los casos que investiga como base de las novelas policíacas que escribe.
La trama se sitúa en Getxo en 1972, donde Samuel recibe la visita de Juana Ezquiaga, quien le pide que investigue la muerte de su novio, Estebe Barrondo, acaecida 35 años antes, en 1937. El bañero de aquella época, que ve como día a día la playa pierde su arena y que no tardará en mostrar el secreto que oculta, le cuenta a Juana lo que vio la noche en que Estebe desapareció. Y así es como, años después, los mejores amigos de Estebe pasan a ser sospechosos de su asesinato, pero solo uno puede ser el culpable...
Samuel contará en su investigación con la inestimable ayuda de Koldobike, antigua empleada de la librería y buena amiga del librero/escritor/investigador. Sin necesidad de tirar de muchos hilos, saldrá a la luz una parte oscura de la guerra y una historia de falangistas aún silenciada.
Bastantes personajes y alguna reflexión interesante forman parte de esta novela policíaca poco al uso. También me ha gustado la ambientación en esa posguerra sin fin en que a diario se hacen apuestas sobre la muerte de Franco y donde tantas cosas se callan.
Había oído hablar muy bien del autor, y aunque me temo que no he empezado por la mejor de sus obras, no deja de ser una novela interesante y entretenida.
Bastante más que una novela negra. Dijo de esta novela el crítico Ricardo Senabre: "Al igual que las dos novelas anteriores protagonizadas por el librero investigador, puede entenderse Cadáveres en la playa como un divertimiento de tono menor, sobre todo si se compara con las creaciones más complejas de Pinilla. Pero es difícil que una obra concebida, en efecto, como divertimiento quede tan sólo en eso en manos de un excelente escritor."
hace 9 años
