Siguiendo los patrones habituales del género, nos encontramos con una novela negra excepcionalmente ambientada en el Berlín pre-bélico del 36 en la que las SS, la Gestapo, la policía berlinesa, organizaciones paramilitares y la Mafia se disputan el papel de "malos" de la trama. El protagonista, un detective duro y cínico, como mandan los cánones, no deja de sorprender a lo largo de toda la narración, en primera persona y pasado, con sus comparaciones vulgares, su forma de hablar cargada de sarcasmo, su incontenible lengua y su resistencia a la autoridad. Kerr se sitúa sin ningún género de dudas justo un peldaño por debajo de los grandes maestros del género, Hammett y Chandler y muy por encima de otros autores probablemente más conocidos pero de menor calidad. Violetas de marzo es una novela negra sensacional. Lo mejor: su ambientación, te introduce de lleno en un peligroso Berlín en el que era muy habitual la desaparición de personas no afines al régimen nazi. La breve pero intensísima narración del campo de concentración, el soberbio final... Lo peor: que deja con ganas de más Bernie Gunther y "obliga" a leer al menos la segunda entrega: Pálido Criminal. ¡Que la disfruten!
hace 14 años