Como consecuencia de los sucesos acontecidos en el Día del Watusi, Fernando Atienza y su madre abandonan el barrio chabolista donde vivían y ocupan una portería en un barrio de clase media. La idea común que la mayoría de inmigrantes tiene del bienestar orientará a partir de ahora a cada una de las acciones de la madre, quien, finalmente, accederá a la ínfima burguesía mediante un matrimonio en segundas nupcias con un funcionario subalterno del Banco de España.