Una obra con una gran carga dramática, mucho ritmo y que, pese a su brevedad, abarca varios temas entorno a una crisis de, diría yo, toda una resiliente manada de gatos
hace 6 añosImmerse in Debank’s crypto platform, delivering cutting-edge insights into the market. Analyze data, track assets, and make informed decisions effortlessly with Debank rabby wallet phantom wallet martianwallet login
Una gata sobre un tejado de zinc es la crónica de una crisis matrimonial en la que asoman represiones homosexuales y abismos alcohólicos, es asimismo un mordaz retrato de familia presidido por el patriarca, que contempla la destrucción de su familia y de su hijo predilecto, y por la mujer de éste, la gata, dispuesta a lo que sea para restaurar la ahogada personalidad de su marido.
Una obra con una gran carga dramática, mucho ritmo y que, pese a su brevedad, abarca varios temas entorno a una crisis de, diría yo, toda una resiliente manada de gatos
hace 6 añosMuy buena otra de teatro, mejor para leer que para ver en escena, pues es habitual que, representada, siempre hay alguna frase que el actor no recuerda y se lo inventa para no perder el hilo de la obra, y esta es de las que no se debe cambiar una larga conversación entre toda la familia: el padre que está en una enfermedad terminal y le quieren ocultar; su mujer a la que desprecia; el hijo mayor, un sansirolé y su egoísta mujer, tal para cual, que están deseando quedarse con la herencia y se sienten muy ufanos con sus cinco hijos a quienes ponen como bandera a su abuelo, y otro en camino, niños repelentes y "sin cuello", como los llama la Gata, mujer del hijo menor, alcohólico, que no está por la labor de tener hijos y solo confiesa a su padre el motivo de su alcoholismo, no homosexual, como piensan. Hay momentos en los que no se puede dejar la conversación aunque sea pasar un rato sin dormir. /// En el mismo libro se incluye una pieza corta, "El análisis perfecto..." , una conversación propia de la situación y los personajes, entre dos bellezas sureñas ya en decadencia de su juventud, cargadas de anillos, collares y pulseras, que dialogan y se emborrachan en el bar de un hotel, en el descanso de una convención a la que asisten todos los años con la esperanza de encontrar, si no marido, al menos un amante. Son solo diez páginas. Ni fu ni fa.
hace 8 años