LA GATA SOBRE EL TEJADO DE CINC CALIENTE. Interesante obra de teatro, cuyo argumento atrapa al lector desde el principio y no pierde un ápice de interés hasta el final. Las situaciones y los temas que plantea están llenos de vida y de interés. Los diálogos tienen mucha fuerza y a veces sorprende la crudeza y el lenguaje explícito con que se tratan temas delicados como, por ejemplo, las relaciones sexuales, el amor, el dinero, la religión, las convenciones sociales y la muerte. Aun así, peca de dos fallos: en un asunto, peca de inverosimilitud, y en otro peca de falta de desarrollo o análisis profundo. Veamos: El primer asunto son los sentimientos del abuelo, un hombre de 65 años, hacia su mujer, con la que lleva casado cuarenta años. Resulta que el abuelo, un hombre con una mala leche enorme, declara que no soporta a su esposa, que NUNCA la ha soportado, desde el mismísimo día en que se conocieron. ¿Y eso, por qué? se preguntará el lector (salvo que el lector sea tonto, claro). Pues bien, el autor no justifica de ninguna manera tan extraordinario e inverosímil hecho. Para mayor inverosimilitud, la abuela es una mujer buena y cariñosa, comprensiva (acaso excesivamente comprensiva) con los defectos de su marido y de sus hijos, nueras y nietos. Si el abuelo nunca la pudo tragar, ¿por qué se hizo su novio, y se casó con ella, y tuvo hijos con ella? ¿Por qué en esos cuarenta años nunca se separó ni se divorció? No se sabe. Y cabe señalar que el hombre nunca se vio atado de manos en el asunto, toda vez que él era rico y poderoso desde bastante joven, y la abuela, al menos por lo que podemos leer, no era de familia rica ni poderosa. Sería verosímil un odio que va naciendo a medida que la convivencia desgasta y desengaña, a medida que egoísmos y mezquindades (de él de ella, o de ambos) se van acumulando y aumentado el rencor. Pero ¿desde el primer día? Imposible. Máxime cuando nada de eso encaja con la personalidad bonachona y timorata de la abuela. Por si eso fuera poco, el abuelo de repente acusa a su mujer de haber aprovechado el que él haya estado enfermo unos años para intentar quedarse con todo el patrimonio. La pobre mujer llora incrédula al oír tales acusaciones, y los hijos (otro detalle inverosímil) no discuten tal barbaridad. Y luego, cuando la abuela dice emocionada a su marido que siempre lo ha querido, a él sólo se le ocurre aceptar la posibilidad de que eso sea verdad, comentando con absurda frivolidad en tan grave asunto: "Tendría gracia que sea verdad". Puesto que el abuelo es un hombre inteligente, tal reacción resulta poco creíble. Así pues, el autor debería haber añadido algo que justificara en cierta medida esa absurda inquina del abuelo hacia su esposa, o, de lo contrario, debería haber eliminado ese asunto del argumento, porque de nada sirve su tremenda sinceridad y crudeza...si no es creíble. El segundo asunto, también de enorme importancia en el argumento, está poco desarrollado. Si lo comparamos con la tremenda sinceridad a tumba abierta de Kafka en su Carta al padre, o la de Ibsen en Casa de muñecas, aquí nos quedamos con las ganas de ver algo parecido. El asunto es la relación de amistad y/o amor de Brick con su compañero Skipper. Al parecer, se trata de una amistad bella y enorme, pero no de un amor homosexual, aunque muchos de su entorno lo interpreten así. Al menos, no por parte de Brick, aunque acaso sí por parte de Skipper. La esencia de esta relación, que se va volviendo tensa y difícil hasta acabar en tragedia, no queda suficientemente desarrollada ni aclarada. ¿ Qué interpretación es la acertada: la de Brick, la de su esposa Margaret, u otra? ¿ Qué se dijeron Brick y Skipper en su última conversación, que fue por teléfono? Nunca lo sabremos. Una pena, porque la situación era muy buena para un análisis y reflexión sobre la esencia del amor, del deseo y de la amistad, y sobre las similitudes y diferencias entre esos elementos. Pero nada de ello desarrolla el autor en la obra. Por lo demás, los otros personajes (en especial, la mujer de Brick, el hermano de Brick y la mujer del hermano) son francamente creíbles e interesantes. Las fases del argumento están muy bien desarrolladas, y los diálogos (tanto sobre temas esenciales como sobre temas secundarios) no tienen desperdicio. Así pues, es una gran obra que podía haber sido una grandísima obra.
hace 3 años