La historia nos traslada a finales de la década de los 40 poco tiempo después de que finalizara la Segunda Guerra Mundial. Kitty, la protagonista, se traslada desde Inglaterra a Tanganica, actual Tanzania, para reprender su matrimonio interrumpido por la contienda. Su afán consiste en convertirse en una buena esposa, en satisfacer a su marido y formar una familia. A su llegada se encuentra con un marido absorbido por su cargo para el Gobierno británico, con una sociedad cerrada, donde no hay más trabajo para una mujer que escoger el vestido apropiado para asistir a las reuniones del Club con las otras esposas. Mezclando las historias del pasado y el presente la trama nos va mostrando los usos y costumbres de la época y el choque de culturas, creencias religiosas y modos de enfocar la vida. Las férreas costumbres británicas chocan con la procedencia australiana de la protagonista y con un pasado al que debe renunciar. La protagonista, una mujer que se había hecho sí misma y luego se ve anulada por las circunstancias, luchará por seguir lo que le dicta su corazón, sin pararse a pensar en lo que socialmente, es o no conveniente, emprendiendo así un camino hacia la búsqueda de la felicidad y el equilibrio personal. La autora consigue que el lector viva "literalmente" la novela, imbuyéndolo en la magia de las tierras africanas, acompañando a los protagonistas y personajes secundarios en un entorno multirracial donde conviven las tradiciones ancestrales de los nativos, las misiones y la ambición británica por explotar económicamente el país colonizado. La novela está escrita con un lenguaje sencillo y de fácil lectura. Aunque la historia no sucede de forma lineal en el tiempo es fácil de seguir. En un principio el lector puede pensar que se enfrenta a una novela romántica, pero la autora consigue que la historia transcurra al margen de ese desenlace al que solo dedica unas pocas páginas al final del libro. Sin duda se trata de una novela recomendable para descubrir los paisajes africanos y la capacidad de superación de los individuos. (Núria García, 14 de enero de 2015)
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