Han pasado tres años desde que Victoria viajó a Inglaterra para casarse con el aristócrata que su padre había elegido para ella. Convertida ahora en una joven viuda, su único deseo es regresar a Madrid para reencontrarse con los círculos literarios y periodísticos que frecuentaba antes de su infeliz matrimonio. Sin embargo, antes deberá pasar algunas semanas en la explotación minera de Riotinto, en Huelva, para solventar unos asuntos de su familia británica. Victoria se establece temporalmente en la colonia de los propietarios de las minas, donde la lujosa vida de la comunidad inglesa contrasta con las miserables condiciones de los trabajadores. Será ahí donde el destino le depare dos sorpresas: el inesperado acercamiento de su cuñado Philip, un apuesto médico marcado por su vocación de ayudar a quienes le rodean, y la reaparición de Diego, el periodista con quien Victoria vivió una historia de amor imposible antes de casarse y que llega a Riotinto, enviado por su periódico, para informar sobre la incipiente revuelta de los mineros.