¿Cómo contribuir a la educación literaria de los adolescentes? Entre los viejos programas de historia de la literatura nacional y las aventuras individuales de animación a la lectura hay un territorio común por explorar. Este libro quisiera ofrecer herramientas para ello. Bajo un título deliberadamente ambiguo, se apuntan tres de las coordenadas que debieran enmarcar este debate. Un mundo por leer nos recuerda que hay libros más allá de los programas escolares, más allá de las propias fronteras; libros excelentes con los que chicos y chicas podrían entablar un diálogo fecundo. Un mundo por leer nos sugiere también, en la estela de Paulo Freire, que en el ámbito educativo es imprescindible ligar la lectura de la palabra y la lectura del mundo. Un mundo por leer nos invita, además, a considerar el horizonte de expectativas en que se sitúan los adolescentes, pues es a sus miedos e inquietudes, anhelos y sueños a los que han de dar respuesta los libros con que pretendemos enseñarles a leer.