La idea de la obra surgió de la lectura de Lacan y de una sugerencia de Arthur Miller, quien se sentía fascinado por la historia de la conquista de México, por el encuentro dramático entre un hombre que lo tenía todo, Moctezuma, y otro que nada tenía, Cortés. El poder y la palabra. Moctezuma o el poder de la fatalidad; Cortés o el poder de la voluntad. Entre las dos orillas del poder, un puente: la lengua, Marina, que con las palabras convierte la historia de ambos poderes en destino: el conocimiento del que es imposible sustraerse. Destino en y de la muerte, el sueño, la rebelión y el amor, le dice la Malinche a su hijo, el primer mexicano: muerte, sueño, rebelión y amor, no en cualquier orden, sino precisamente en éste, que indica los grados crecientes de la dificultad, de la carga y de la realización plena. Lo más fácil, entre nosotros, será morir; un poco menos fácil, soñar; difícil, rebelarse; dificilísimo, amar.