Lo único que deseaba Judith era una vida nueva en Europa, salía de Ecuador llena de sueños, pero lo que iba a encontrar a su llegada al aeropuerto de Barcelona se alejaba mucho de sus proyectos, porque una organización mafiosa la esperaba para secuestrarla y obligarla a prostituirse. Tras días de cautiverio y vejaciones consigue escapar de los proxenetas, en su huida encuentra un castillo entre montañas habitado por una enigmática señora, Isabel. En un primer momento, la señora confunde a Judith con la asistenta que esperaba, circunstancia aprovechada por nuestra protagonista para ponerse a salvo de sus perseguidores, al menos, temporalmente. Judith presencia unas extrañas escenas protagonizadas por Isabel que la pondrán sobre la pista del gran secreto que envuelve a esa misteriosa mujer solitaria y atormentada.