Ernesto es un catedrático de Historia que está investigando sobre la reorganización del PCE fuera de España durante los años de posguerra. Un día, mientras consulta papeles en el archivo del Tribunal Militar, se encuentra con una carta enviada en el año 37, en la que un alto cargo militar comunica a los padres de cabo José Rico que su hijo ha sido fusilado. Ernesto se va adentrando en la historia de este joven destinado en Ceuta el año del levantamiento militar. José Rico, natural de Monleras e hijo mayor de una familia de tendencia ideológica republicana, se alista como voluntario en el ejército junto a su amigo Manuel. A los pocos meses, ambos son trasladados a Ceuta y cuando ya han conseguido controlar el árido universo castrense de la ciudad, llegan noticias del levantamiento iniciado en Melilla por el jefe del Estado Mayor, Francisco Franco. José Rico se entera de que Franco va a recalar en Ceuta antes de iniciar su marcha hacia la península y en un arranque de valentía, compromiso con la República, idealismo e inocencia, propone a sus compañeros atentar contra él cuando llegue al cuartel y salude a los soldados. Durante su visita, Franco nunca departirá con ellos, pero alguien delatará las intenciones de José Rico y del resto de los insurrectos. Antes de que el jefe del Estado Mayor parta hacia la península, todos estos son encarcelados y más tarde fusilados. Durante los días que permanece en prisión, José Rico escribe un diario. En él cuenta su desesperación, la angustia que siente por el dolor de su familia, el horror ante lo que está sucediendo y el deseo de que a su amigo Manuel, que le ha seguido en todas sus locuras menos en la última, le vaya bien. Ernesto lee este diario y con los apuntes biográficos de José Rico, decide seguirle el rastro hasta dar con Toño, hermano de Rico y único miembro de su familia que queda vivo en Monleras. Toño le cuenta el sufrimiento de la familia, el dolor que dejó la desaparición de su hermano y el no saber por qué le habían fusilado. Nunca, nadie les dio ninguna explicación. Ernesto llega años después para contarle que su hermano intentó atentar contra Franco y detener la sublevación."¿Quién le pudo delatar?" - le pregunta Ernesto a Toño. Toño le contesta que pudo ser alguien de Monleras...tal vez su propio amigo, Manuel. Ernesto vuelve a su casa. Le invade una sensación de tranquilidad. Por muchos años que pasen, la verdad siempre quedará en los papeles... y en la memoria rescatada.