Las enseñanzas del TAO TE CHING o «,Libro del Sendero»,, atribuido a Lao Tse (ca. s. v a.C.), pertenecen al amplio acervo de las sabidurías orientales antiguas. La espléndida versión del poeta, traductor y estudioso practicante del zen Stephen Mitchell que aquí se ofrece está regida por la intención de traducir, más que las palabras de la obra fundacional del taoísmo, su idea. La complementariedad de los opuestos, el equilibrio, la obtención de la plenitud mediante el desapego, la entrega al Tao, o absoluto, mediante el abandono de todo concepto, juicio y deseo, son algunas de sus líneas maestras, pero principalmente lo es la no-acción, que, lejos de la pasividad, apunta a la conversión del individuo en canalizador de la energía universal. En estos tiempos febriles en que mente y voluntad se privilegian en aras de la dudosa efectividad de un siempre más tras el que acaso se esconde una ciega huida hacia delante, quizá sea oportuno abrir este libro por cualquier página y procurar, con el espíritu abierto, no-leerlo y dejarse impregnar por su poderosa serenidad.