Continuación de EL ÁGUILA DEL IMPERIO, situada de nuevo en Britania y un nuevo intento de invasión como principal línea de argumentación. Sin embargo, nuestro protagonista Q. L. Cato, ha madurado y es un experimentado guerrero. Tendrá que enfrentarse a los bárbaros britano que tienen un modo de lucha para el que los romanos no estaban preparados, por lo que será preciso un alto grado de disciplina para luchar contra ellos. Todo ello, como no rodeado de intrigas, conspiraciones y sabotajes. En esta novela, Scarrow hace un pequeño homenaje a Robert Graves mediante la intervención del emperador Claudio, cuya caracterización responde perfectamente a la que hizo Graves en su obra Yo, Claudio.
En el verano del año 43 d. C., la invasión romana de Britania se encuentra con un obstáculo inesperado: el desconcertante modo en que los rudos britanos se enfrentan a las disciplinadas tropas imperiales. La situación es desesperada, y quizá la llegada del emperador Claudio para ponerse al frente de las tropas en la batalla decisiva sea el revulsivo que unos legionarios aterrados y desmoralizados necesitan. Pero los romanos deben resolver un conflicto interno que amenaza los cimientos del imperio, pues parece que alguien está dispuesto a acabar con la vida de Claudio desde sus propias filas. Desacreditado y sospechoso de alta traición, Quinto Licinio Cato deberá demostrar de nuevo que no es optio sólo gracias a sus influencias.