Las páginas de Puerto escondido albergan dos intensas historias marcadas por el misterio: ambientadas en el mismo entorno, separadas por el paso del tiempo, pero conectadas por un secreto que une pasado y presente. El germen de esta obra es el hallazgo del cadáver de un bebé emparedado en una casona en Suances, un pueblo situado en Cantabria. Oliver, el joven dueño de la casa, está reformando esta propiedad heredada de su familia para transformarla en un hotel, pero el macabro descubrimiento da un giro a la situación y provoca que acontecimientos que parecían sepultados en el pasado salgan a la luz. La novela está narrada en dos tiempos: una parte de la historia se desarrolla en la actualidad y gira en torno a la investigación policial acerca del descubrimiento del cadáver del bebé, mientras que la otra nos llega a través de un diario de una niña, que comienza en la guerra civil. María Oruña logra conectar ambas historias de manera hábil y fluida, por lo que la lectura resulta amena e interesante. Asimismo, el entorno juega un papel crucial en Puerto escondido, pues toda la trama se desarrolla en Cantabria y la narración cuenta con constantes referencias a diversos lugares de la zona. El escenario de la novela es, probablemente, el más relevante y profundo de todos los personajes de la obra. Estos lugares, sus singularidades y lo que en ellos acontece, son la esencia de Puerto escondido. (Ana Rayas)
hace 8 años