Más que aventuras es una forma de convivir en la naturaleza.
hace 2 meses
Peacock fue un niño solitario pero con un irrefrenable espíritu aventurero. Aquella inclinación por la soledad fue la que lo llevó a ser el que hoy es y lo cuenta en este libro: un ecologista radical, subversivo e íntimamente convencido de que lo salvaje es lo único que queda en este mundo que merece la pena salvar. Así, Peacock nos relata con pluma y tempo magistral sus aventuras y desventuras (algunas legales, otras muchas ilegales, basadas en el asalto y el sabotaje), que tienen lugar entre algunos de los seres más fascinantes de este planeta: osos de todas las latitudes y colores, así como lobos, búfalos, jaguares, tigres siberianos, tortugas gigantes, aves de las Galápagos... por no hablar de narcotraficantes un pelín. desequilibrados, rancheros mafiosos o latifundistas despiadados con los que también se cruzará ya los que sí cabría llamar, con toda justicia, bestias salvajes. Ya sea atravesando cordilleras tras el rastro del último oso grizzly de México, pateando Siberia para comprender al tigre que allí devora a los hombres, perdiéndose en un desierto para enterrar ilegalmente a su mejor amigo o descendiendo el río Misuri para huir del FBI, todas las andanzas de Peacock tienen algo en común: ante la codicia de sus congéneres, el niño que aún vive en su interior agita el puño con rabia y llama a asumir riesgos para preservar la belleza de la naturaleza.
Más que aventuras es una forma de convivir en la naturaleza.
hace 2 meses