Antonio Lorente es un fiscal que da por descontado que el Estado de Derecho impide la condena de ningún inocente. Sin embargo, cuando contra el se formula una denuncia que lo acusa del más abyecto de los delitos, descubre estupefacto que debe decidir entre seguir honrosamente las normas que ha jurado defender, o bien dejar de lado su deber y sus principios, y quebrantar la ley, recuperando así su vida. Sin descartar una tercera opción que aletea en su pensamiento como una tentación oscura que la desesperación hace cada vez más atractiva: atreverse a cometer un delito que borrará para siempre el crimen del que es acusado.
Perderlo todo trata de servir a un propósito inedito: mostrar las maneras de actuar reales y cotidianas de jueces, fiscales, abogados y policías. Y lo hace sobre un escenario extraño para una novela: las leyes actualmente vigentes. Con un añadido insólito, el sentido del humor.