Tras nadar en el océano con los delfines, Abigail Drake se ve envuelta en un gran lío al ser testigo involuntario de un asesinato. Por suerte y con la ayuda de sus amigos mamíferos, Abbey logra ponerse a salvo hasta que llega la policía... y el hombre que, años antes, le rompió el corazón: Aleksandr Volstov. Aleksandr es agente de la Interpol y tras la muerte de su compañero a manos de la mafia rusa, comprende que la vida de Abby, la única testigo, corre un grave peligro. Por ello, mientras lleva a cabo la investigación del robo de unas obras de arte, decide convertirse también en su guardaespaldas particular, aunque estar cerca de la mujer a la que ama resulta muy complicado para él. Vaya por delante que no comparto la última frase de la sinopsis de este libro, ya que esta historia me ha decepcionado un tanto y, personalmente, no ha sabido conquistarme. Admito que los romances basados en segundas oportunidades no son mis favoritos, pero si el autor logra convencerme de que esa relación fallida puede reconstruirse y sobre todo, soy testigo en la evolución de ese romance, suelo disfrutarlos al final. Por desgracia, este no ha sido el caso. Para empezar, no he llegado a comprender del todo el motivo que alega Abbey para justificar que rompiera su relación con Sasha en el pasado, pero más difícil me resulta creer que en el presente, en cuanto él aparece de nuevo en su vida, ella sea incapaz de resistirse a sus encantos y se muestre como una mujer completamente enamorada. Aleksandr, debido a su trabajo, debe mantener la mente fría en todo momento y no dejarse llevar por sus emociones, cosa que no logra controlar cuando Abigail está cerca suyo. Lo malo es que su historia de amor a mi me ha dejado igual de fría que su carácter; he sentido mucha atracción, pero poco más. Por otro lado, la familia Drake me encanta, pero creo que las hermanas de Abigail se entrometen demasiado en la relación amorosa de Abigail e intentan forzar una reconciliación con ayuda de hechizos, cuando realmente la pareja debería solucionar sus problemas a través del diálogo y aclarando lo que sucedió entre ellos dos, cuatro años antes. Lo mejor de esta historia es su componente mágico -recordemos que cada una de las hermanas Drake posee un don diferente- y la incursión de Prakenskii, un nuevo personaje que me ha dejado muy intrigada y que estoy segura tendrá más presencia en el futuro en otra de las historias que transcurren en el misterioso pueblecito de Sea Haven.