Es un libro muy duro , triste, sórdido …porque la autora escribe sin tapujos ni intentos de disimular la realidad, las emociones y sobre todo el sentimiento de culpa que le producen las visitas a su madre . A pesar de un estilo casi telegráfico A. Ernaux consigue conectar y emocionar cuando describe con crudeza y al mismo tiempo con ternura esos duros momentos en que los papeles se invierten, cuando aquellos que amamos están tan mal que deseamos verlos morir, tanto, como verlos vivir y la realidad es que nadie jamás está preparado para eso. Imprescindible
hace 5 años