En 1980, un año después de que mi esposa saltara hacia la muerte desde el puente Silas Pearlman, en Charleston, Carolina del Sur, me trasladé a Italia para empezar una nueva vida junto a mi pequeña. De poco le sirve a Jack McCall huir del recuerdo de su esposa, establecerse en otro país, hablar otra lengua o intentar acallar la pregunta de por que su mujer, Shylla, se suicidió. Para superar esa dolorosa experiencia y apostar realmente por la vida, Jack deberá regresar a Carolina del Sur con su hija y enfrentarse allí con el pasado.