Resumen

Exigente poeta y editor decisivo en tiempos de penuria, Carlos Barral fue también un excelente prosista, como demostró en los tres volúmenes de memorias que publicó entre 1973 y 1988: Años de penitencia, Los años sin excusa y Cuando las horas veloces, que ahora reunimos -junto a dos capítulos de unos inconclusos recuerdos de infancia- en un solo volumen y en una nueva edición con fotos inéditas, al cuidado de Andreu Jaume. Leída en conjunto, esta autobiografía constituye, en primer lugar, un ejemplo de la mejor prosa española, además de una lúcida y divertida crónica de la segunda mitad del siglo XX, desde los años cuarenta hasta la agonía del franquismo, pasando por la década de los cincuenta y de los sesenta, cuando Barral capitaneó un brillante equipo que convirtió a Seix Barral en una de las editoriales de la vanguardia europea, cantera de la mejor literatura hispánica y extranjera. Pero más allá de su labor profesional, Barral nos cuenta sus aventuras como compañero y amigo de Jaime Gil de Biedma, Juan Marsé o Gabriel Ferrater, habla de su pasión por el agónico mar de su Calafell natal o de su rigor en la composición poética, dueño siempre de una desbordante capacidad narrativa. Así, estas Memorias de Carlos Barral son un documento personal, pero también y sobre todo una obra maestra de la literatura española contemporánea.

1 Críticas de los lectores

9

Lectura exigente, aunque memorable y digna de ser realizada. Barral canaliza lo mejor de su propia actitud con respecto al lenguaje en su volumen de Memorias, publicadas anteriormente como tres obras independientes. Narra con multitud de latinismos y extranjerismos las vicisitudes de la posguerra española, y sobre todo del mundo editorial del momento, bajo el ojo avizor de la censura. A partes iguales aparecen los cambios en su pueblo pesquero, Segur de Calafell (en donde aún se puede visitar su casa-museo), la muerte de su socio Víctor Seix bajo un tranvía conducido por el desafortunadamente llamado "Adolf Hitler" en los años 60, y el suicidio de Gabriel Ferrater. No es una lectura fácil y hay que tener tiempo y paciencia para completar la información sobre aquellos conceptos que va presentando, pero lo que se invierte se gana en conocimiento nuevo. Una espléndida descripción de una época difícil.

hace 5 años