Evitando los destinos turísticos habituales, como pirámides, templos y otras ruinas de la antigüedad Kennedy emprendió un itinerario atípico por el Egipto moderno y empezo a encontrar enseguida cosas inesperadas: beduinos viendo la televisión en su oasis o monjes coptos avezados en informática, hasta una comunidad de pobres situados en un cementerio del Cairo. El resultado de su experiencia es una crónica sorprendente a través de un país lleno de incongruencias, que logra desbaratar muchos tópicos y todas las estampas publicitarias de pirámides y camellos. Es un libro diferente que nos descubre la otra cara de Egipto, el actual y más desconocido por muchos turistas.