Luís García Montero consigue construir una biografía novelada que ensalza la infancia, la adolescencia y la juventud de su amigo y poeta Ángel González. El libro tiene momentos de gran intensidad y otros de gran decaimiento. Son como golpes de marejada que suben y bajan impulsados por un racheado viento. Esos momentos álgidos los representa la ciudad de Oviedo con la Revolución de Octubre, la preguerra, la guerra y la posguerra que dañó y quebró a gran parte de sus seres queridos. Y los momentos bajos vienen de la mano de ese juego fantasmagórico-lírico que supone el estar rodeado y apoyado por los familiares desaparecidos; y los años de vida en Madrid que resultan monótonos, intrascendentes y aburridos. En su conjunto forma una obra bastante desigual: tan pronto escala una gran montaña como atraviesa una llanura plana.
hace 8 años