A mediados de los años setenta, una familia compuesta por un padre representante de comercio y que viaja constantemente, una madre maestra y tres hijos, se muda a un pueblo de la España profunda tras el traslado de la madre a un colegio de esa localidad. A través de la voz narradora del pequeño de los hermanos, en las primeras páginas del libro se suceden las vivencias en aquel lugar y la manera con la que el niño percibe los problemas entre sus padres. Tras varios capítulos de descripción de la vida en la localidad y de los avatares de su familia, el protagonista cuenta cómo una vecina del pueblo, Emérita, comienza a trabajar en su casa para cuidar de él y ayudar a su madre.
Tal y como avisa el narrador, la llegada de aquella mujer sorda debido a una enfermedad padecida de pequeña, viuda y que arrastra la muerte accidental de su único hijo con pocos meses de edad, cambia la vida del protagonista. Mientras la señora proyecta en el niño la imagen del hijo que perdió e intenta llenar con él ese hueco, el menor encuentra en Emérita el cariño que echa en falta por parte de una madre rígida y distante.
Tras varios años de vida en el pueblo y de un estrecho vínculo entre los dos, la familia abandona el lugar para trasladarse a la ciudad cuando el protagonista entra en la adolescencia. Éste sólo lamenta esa marcha por perder el contacto con Emérita, a quien la familia a acude a ver de forma esporádica para no perder el contacto. A medida que el niño se convierte en adulto y entra en la universidad, encuentra otros intereses y prioridades en la vida y deja de ir al pueblo y de visitar a la mujer, pese a que su madre, en contacto teléfono con ella, le comenta que aún le sigue preguntando por él.
Ya entrado en la cincuentena, y tras la muerte de su padre, el protagonista vuelve al pueblo al final de la novela para saber qué fue de Emérita.
Con un título especialmente apropiado debido a la actitud del niño al llegar a la edad adulta, no cabe sino recordar la sinopsis que leí en otro blog de crítica literaria en la que, a modo de advertencia, se avisaba que el final de la novela era devastador y lo dejaba a uno por los suelos. No se puede expresar con mayor precisión y acierto el efecto que tiene en el lector acabar “Los ingratos”.
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hace 2 años
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