Se ha hecho mucho revisionismo de aquella época y resulta interesante la aportación de un autor contemporáneo y con una ideología contraria a la mayoría de publicaciones posteriores. Dejando de lado el abrumador peso de la religión, políticamente, el libro parece bastante neutral al principio si bien poco a poco se va decantando la balanza. En cualquier caso, se trata de una época muy convulsa, donde se tiende demasiado a considerar buenos y malos desde posiciones antagónicas sin la suficiente empatía o conocimiento de causa. Algo se puede aprender de la Segunda República: una izquierda demasiado radical que alimenta a una derecha demasiado reaccionaria y viceversa. Un buen paradigma de la polarización, poco constructiva.
hace 2 años