LOS AÑOS EXTRAORDINARIOS

LOS AÑOS EXTRAORDINARIOS CORTÉS, RODRIGO

Portada de LOS AÑOS EXTRAORDINARIOS
Nota media 5,74 Regular 27 votos 6 críticas

Resumen

Un recorrido valleinclanesco por el siglo XX a través de los recuerdos y viajes de Jaime Fanjul.

Los años extraordinarios recoge las memorias de Jaime Fanjul, nacido en Salamanca en 1902 en el seno de una familia burguesa apasionada por las serpientes, y nos propone un recorrido valleinclanesco por el siglo XX a través de sus recuerdos y viajes. No hay clave fundamental del siglo que esta prodigiosa novela no evoque: de la llegada del mar a Salamanca al breve auge de los coches impulsados por el pensamiento; de la terrible crueldad de las cárceles portuguesas a la guerra de los de Alicante contra España (y los holandeses contra el resto del mundo); de las hazañas del Miseno, barco submarino transitador de túneles, a las insólitas habilidades de los teósofos, capaces de levitar unos centímetros por encima de la silla; de la llegada -boca abajo- del hombre a la Luna al cambio de ubicación de la ciudad de París en 1940.

En Los años extraordinarios caben los niños con poderes antiguos, los esclavos que aterrorizan a sus amos, los fantasmas con ropa de sastre, las jovencitas de ochenta años, los judíos que cambian el tiempo, las peleas a puñetazo limpio con monjas bravas, los talleres de estropear cosas... Jaime Fanjul recorre el mundo contando lo mucho que le pasa y lo poco que aprende. Serio, observador, sin queja, rememora su camino con humor imprevisible y aliento poético.

6 Críticas de los lectores

Los años extraordinarios, de Rodrigo Cortés, es una novela que nos narra la azarosa vida de Jaime Fanjul, nacido en Salamanca en 1902.
A lo largo del libro descubriréis, junto a Jaime, la llegada del mar a Salamanca; el breve auge de los coches impulsados por el pensamiento; la guerra de los de Alicante contra España (y de los holandeses contra el resto del mundo); las hazañas de un barco submarino que transita por túneles o la llegada —boca abajo— del hombre a la Luna.
Me resulta imposible incluir la novela en uno de los géneros literarios establecidos. El autor, que también es director de cine y músico, ha dado rienda suelta a su creatividad y nos sumerge en una historia en la que cualquier cosa es posible; incluso que una monja se líe a puñetazo limpio con Fanjul en las calles de Espuria, la otra capital de España.
Jaime no quiere seguir los pasos de su padre y decide marcharse de Salamanca para labrarse un futuro. Está un tiempo en Espuria y después su vida se convierte en un continuo devenir que le llevará a París, Bruselas, el Sáhara, Oporto, Las Azores, Londres, Cambridge, Nueva York, Camboya, Tailandia, India, Irán, Irak, Marruecos, Jordania, Egipto, Libia, Túnez, Nápoles y Roma.
En cada una de esas ciudades Fanjul vive a su libre albedrío. Conoce el amor, la amistad, el desamor, fantasmas, brujas, esclavos mandones, anarquistas, teósofos o piratas que abordan barcos para debatir sobre filosofía. Y pese a todo, él sigue viviendo como cree que debe hacerlo, sin tener en cuenta a los demás, aunque los quiera.
La novela está llena de reflexiones profundas que, de repente, se desvanecen con una situación tan grotesca que te hace reír a carcajadas. Quizá porque Fanjul es un personaje complejo que parece estar buscando continuamente algo que nunca encuentra.
Supongo que cada cual sacará sus propias conclusiones sobre este sorprendente libro dependiendo de su propia filosofía de vida. Para mí es la historia de un hombre que vivió la vida a sorbos, sin arrepentirse de nada. Amó, olvidó, se hundió en la tristeza, encontró la chispa de la vida y volvió a comenzar de cero. Todo ello sin atarse a nada ni nadie.
Hay una frase en el epílogo de la novela que para mí encierra el alma de Fanjul: «Yo, que a tanta gente he conocido, no he sabido conocerme, asombrado siempre por el trato recibido».
Un libro recomendable si os apetece salir de vuestra zona de confort y embarcaros en una aventura que, aunque parece loca y sin sentido en un principio, tiene una gran carga emocional. Por no hablar de que os vais a reír, y mucho, algo que siempre se agradece. (Ana García, 13 de agosto de 2021)

hace 3 años
1

Primero y ante todo, me encanta la filmografía de Rodrigo Cortés, lo sigo en podcast y es una persona que me parece muy culta y fascinante. Dicho esto, lo siento en el alma pero el libro me ha parecido infumable, vamos, que no he pasado de la página 64 porque no lo soporto más. No consigue engancharme, parece que no hay trama, cuenta la vida de Fanjul en un mundo donde se mezcla la realidad con una fantasía que Rodrigo ha creado a la que yo, personalmente, no he llegado a conectar. Sinceramente, hace tiempo que no me pesaba tanto haber gastado dinero en un libro que sé que no voy ni a intentar leerlo en un futuro. No lo recomiendo para nada.

hace 9 meses
4

Pretencioso. Paranoia lisérgica. Un libro que ninguna editorial publicaría a un desconocido.

hace 1 año
6

Es evidente el dominio de la escritura de Rodrigo Cortés así como su desbordante imaginación. Sin embargo, me he saturado con tanta cantidad de personajes extravagantes y situaciones disparatadas. Algunas metáforas y reflexiones me han encantado pero, en conjunto, me he aburrido con su lectura.

hace 2 años
2

Tenía grandes expectativas respecto a esta novela pero me ha decepcionado. A lo mejor no me ha pillado en una época adecuada de mi vida y tengo que darle una oportunidad pasado un tiempo pero no he entendido bien el humor y el hilo de la historia.

hace 2 años
9

Una novela que rebosa talento por los cuatro costados. Una narración en la que el significado importa, pero casi más importante es su significante. Cada palabra está elegida con precisión. Cada párrafo encierra una novela en sí misma, que merece la pena leer despacio, disfrutando de cada página y del talento lingüístico con el que su autor relata las aventuras de su protagonista por medio mundo. Los años extraordinarios está fuera de todo canon. En tónica de surrealismo, Cortés relata el periplo de Jaime Fanjul, en el que esconde trufas de humor que nos provocarán risas hasta en los momentos más insospechados. Cortés retuerce y amasa el lenguaje, agrupa las palabras para darles un significado especial. Viajaremos por paisajes oníricos, conoceremos a personajes disparatados como una monja boxeadora o piratas filósofos y comprobaremos la viabilidad de negocios como un taller en el que se estropean aparatos en lugar de arreglarlos. Rodrigo Cortés escribe una novela llena, rebosante de contenido y emociones, en la que cabe el drama más desolador para justo después acabar doblado de la risa. Como aficionado de la escritura sólo puedo sentir la más sana de las envidias hacia algo que está al alcance de unos pocos. Muy recomendable. Si os decidís a embarcaros en el viaje de Jaime Fanjul, hacedlo despacio, sin prisas, y disfrutad.

hace 3 años