CON UN PADRE BEBEDOR, COMO SU MUJER ACTUAL, LINA, RENÉ HA PASADO DE LAS FAROLAS DE GAS A VER OCUPAR EL CORAZÓN CAPITALINO POR LOS CAMPOS ELÍSEOS, EN LUGAR DE LOS GRANDES BULEVARES, Y EN SU MEMORIA DE CONVALECIENTE REVIVEN: LA CONCEPCIÓN DE SU HIJA A ORILLAS DEL LOIRA CON MARCELLE; SU VERDADERO AMOR, HÉLÈNE, DURANTE LA GUERRA; LOS ALMUERZOS UNA VEZ AL MES DE LOS TRECE (UNO CON DOBLE VIDA) . . . Y SU AMIGO ABOGADO LE EXPONE EL EMBARAZOSO SUCESO DEL ARSÈNE LUPIN DE LOS CASTILLOS. SIN LAS RETÓRICAS DE "LA MONTAÑA MÁGICA", DONDE LOS MÉDICOS SON MEROS SÍMBOLOS DE LOS JUECES INFERNALES, RENÉ SE ENCAPRICHARÁ DE UNA ENFERMERA (RUSA CASADA EN DICHA OBRA) SIN QUE EL DIÁLOGO SE TORNE ARTIFICIOSAMENTE NOCHE DE WALPURGIS.