Simenon nos habla de la mediana burguesía, la anodina mediana burguesía. Su vida, sus costumbres, sus cortas ilusiones pero ilusiones al fin y al cabo. No deja de lado la crítica social, como en este caso la descripción de la vivienda de la hija de Josselin, todas iguales, insignificantes y maltrechas, frente esas otras viviendas de la alta burguesía, donde nadie suele ocuparse de sus vecinos, pues, en París los vecinos solo se conocen en los barrios populares.